Esta semana he dicidido hablar de mi padre. La verdad, ya tenía ganas de hacerlo. Cuando la semana pasada, pensamos en la oficina, en hacer algo chuli para el Día del Padre, pensé como podía yo, darle un pequeño homenaje al mío.

Todo lo que diga aquí de mi padre, será poco para describirle. Y pensaréis que como todos, no?. Mi padre me ha dado todo lo que soy como persona. Pero, además me ha enseñado a ejercer una profesión y ha sido mi maestro.

El valor más importante que me ha trasmitido, ha sido el ESFUERZO. Tengo el recuerdo de cuando estudiaba en la facultad y pasaba horas en el escritorio de la habitación, cuando se acercaba a mi, y me decía al oído: el esfuerzo merece la pena, la satisfacción que uno siente en el momento de conseguir la meta, es lo mejor que hay.

Mi padre es familiar, cariñoso, atento, responsable, trabajador, educado, y con una vocación de ayuda a los demás fuera de lo normal. Es capaz de sacrificar mucho por ayudar a otros. Siempre, siempre esta ahí. Donde le necesitas en el momento adecuado.

Cuando decidí dejarlo todo y empezar a ayudarle en el negocio familiar, mucha gente pensó que no íbamos a durar, porque es difícil trabajar con tu padre, dicen que al igual que con tu marido. He de decir, que he trabajado con los dos y no he tenido ningún problema.

Mi padre es fácil de llevar, tiene una paciencia infinita. En este negocio, hay que atender a cada cliente y preocuparte por sus problemas; Hay que solucionarlos y nunca, nunca rendirte. Os aseguro, que es experto en dar soluciones, me enseñó a redactar y dar forma a cada contrato de compraventa sin usar plantillas, sobre la marcha y con los clientes delante, contándote sus circunstancias particulares. Es capaz de negociar, dejando sus intereses de lado, siempre pensando primero en el cliente. Y muy, muy importante, es experto en sacar las cosas positivas de cada cliente, tapando las negativas, haciendo que todas las personas que pasen por sus manos, marchen con un buen sabor de boca.

Por otro lado, y no menos importante, LA FORMACIÓN, es otro de sus puntos fuertes. Siempre dice que hay que estar a la última. Desde que empecé en este negocio, me di cuenta que no somos enseñapisos, tenemos que dar algo más. Supongo que a él nadie le regaló nada, cuando hace 30 años, quiso montar este negocio, tuvo que estudiar, sacar un título y tener una diplomatura con carácter mínimo. Es una pena que ahora ya no sea así, puede que muchos de los que ejercen como agentes inmobiliarios, no valoren el esfuerzo del estudio y la formación, porque ahora ya no se exige.

Otro de los puntos alucinantes, fue cuando decidimos crear la Asociación de Inmobiliarias de Asturias. Con 60 años y 30 de profesión, que le digas que vas a cambiarlo todo y vamos a compartir todo lo que sabemos y tenemos, con los compañeros de la competencia… pues le chocó un poco… pero he de decir que le costó dos reuniones para entender que el mundo esta cambiando, que el asociacionismo, el compañerismo y la unión de todos, es la base para llevar el negocio hacia delante. Por eso, siempre me chuleo de tener un papa moderno, está siempre actualizado. Puedo sentarme con él, en cualquier mesa redonda con amigos de la profesión, que tienen 30 años menos, y nunca desentona.

He tenido una gran maestro. Muy difícil será estar a su altura. Sigo intentándolo… ahora el cuida de mis hijas por las tardes, para que yo atienda a sus clientes. La vida cambia, todo sigue, espero que se sienta orgulloso, de que todo lo que él creó se mantiene y cumple con sus expectativas. Papá no te preocupes por nada, ahora soy yo la que te ayuda a ti.